En el Servicio de Vacunación de Clínica CIC le brindamos asesoría sobre los esquemas de vacunación para todas las edades y condiciones tanto para niños, jóvenes, adultos jóvenes y mayores, viajeros y acorde con la ocupación que ejerza. También contamos con servicio a domicilio y realizamos jornadas extramurales en empresas y centros educativos.
¿Qué es la fiebre amarilla?
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda y hemorrágica que se encuentra de forma endémica en regiones tropicales de África y América Latina. En ocasiones, resulta complicado distinguir entre la fiebre amarilla y otras enfermedades virales hemorrágicas como el arenavirus, el hantavirus o el dengue.
Los síntomas suelen manifestarse de 3 a 6 días después de la picadura de un mosquito portador del virus. En una etapa inicial, la enfermedad provoca fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. En la mayoría de los pacientes, estos síntomas desaparecen después de 3 a 4 días. Sin embargo, aproximadamente el 15% de los afectados experimenta una segunda fase más grave que se presenta en las 24 horas posteriores a la mejoría inicial. En esta etapa, la fiebre vuelve a aparecer y varios sistemas del cuerpo resultan afectados. La función renal se deteriora y alrededor del 50% de los pacientes que llegan a esta fase no sobreviven entre los días 10 y 14. El resto se recupera sin sufrir daño orgánico importante.
¿Quiénes están en riesgo?
Ciertamente, existen grupos poblacionales de alto riesgo que deben vacunarse contra la fiebre amarilla. Estos incluyen:
Personas que viajan frecuentemente, se encuentran de paso o residen en áreas tropicales donde la fiebre amarilla es endémica. La vacunación es especialmente importante para aquellos que visitan o viven en regiones donde existe el riesgo de contraer la enfermedad a través de la picadura de mosquitos portadores del virus.
Personas que trabajan en laboratorios o están en contacto con materiales infectados por el virus de la fiebre amarilla. Esto incluye personal de laboratorios de investigación o de salud pública que manipulan muestras de sangre o tejidos que puedan contener el virus.
La vacunación en estos grupos se recomienda para prevenir la infección y limitar la propagación de la enfermedad, ya que la fiebre amarilla puede ser potencialmente grave y mortal. Es importante seguir las pautas de salud pública y las recomendaciones de viaje relacionadas con la vacunación contra la fiebre amarilla para proteger la salud de estas poblaciones en riesgo.