La artrosis es una enfermedad que afecta las articulaciones y puede causar dolor, rigidez y dificultad para moverse. Aunque no tiene cura definitiva, existen múltiples formas de aliviar los síntomas, mantener una buena calidad de vida y prevenir su avance. En este artículo te explicamos qué es la artrosis, por qué aparece y cómo puedes cuidarte.
¿Qué es la artrosis?
La artrosis (también llamada osteoartritis) es una enfermedad que desgasta poco a poco el cartílago, el tejido que cubre los extremos de los huesos y permite que las articulaciones se muevan suavemente.
Cuando este cartílago se deteriora, los huesos rozan entre sí, lo que provoca dolor, inflamación y rigidez. Con el tiempo, pueden formarse pequeños crecimientos óseos llamados osteofitos, que aumentan la incomodidad y limitan el movimiento.
¿Por qué aparece la artrosis?
No existe una sola causa, pero sí varios factores que aumentan el riesgo:
- Edad: es más frecuente después de los 50 años.
- Sexo: las mujeres son más propensas, especialmente después de la menopausia.
- Sobrepeso: el exceso de peso aumenta la presión sobre rodillas, caderas y columna.
- Lesiones articulares previas: golpes o cirugías pueden dañar el cartílago.
- Predisposición familiar: algunas personas heredan una mayor tendencia a desarrollar artrosis.
- Uso repetitivo o esfuerzo físico excesivo: trabajos o actividades que sobrecargan las articulaciones.
Síntomas más comunes
La artrosis suele desarrollarse lentamente, pero sus signos son fáciles de reconocer:
- Dolor en la articulación al moverse o después del ejercicio.
- Rigidez, especialmente por la mañana o tras estar sentado mucho tiempo.
- Hinchazón o sensación de calor en la articulación.
- Crujidos o chasquidos al moverla.
- Disminución del movimiento y dificultad para realizar actividades cotidianas.
Diagnóstico
El diagnóstico lo realiza un médico general o reumatólogo mediante:
- Evaluación clínica: revisión de los síntomas y la movilidad.
- Radiografías: para observar el desgaste del cartílago o la presencia de osteofitos.
- Resonancia magnética o exámenes complementarios: en casos donde se requiere mayor detalle o para descartar otras enfermedades.
Tratamiento y cuidados
Aunque la artrosis no tiene cura, el tratamiento busca aliviar el dolor, mejorar la movilidad y prevenir su progresión.
Cuidados y medidas no farmacológicas
- Mantén un peso saludable.
- Realiza actividad física moderada como caminar, nadar o montar bicicleta.
- Evita cargar objetos pesados o permanecer mucho tiempo en una misma postura.
- Acude a fisioterapia para fortalecer los músculos y mejorar la movilidad.
- Utiliza dispositivos de apoyo (bastones, plantillas o rodilleras) si tu médico lo recomienda.
Tratamiento médico
- Medicamentos analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor.
- Suplementos articulares (glucosamina, condroitina, colágeno) bajo orientación médica.
- Infiltraciones con ácido hialurónico o corticoides, cuando el dolor es intenso.
- En casos severos, puede ser necesaria una cirugía o reemplazo articular.
Prevención
Puedes reducir el riesgo de desarrollar artrosis con hábitos saludables:
- Controla tu peso.
- Mantente activo.
- Usa calzado cómodo y adecuado.
- Evita movimientos repetitivos y esfuerzos prolongados.
- Cuida tu postura al trabajar y al sentarte.
Vivir con artrosis
La artrosis no debe limitar tu vida. Con un diagnóstico temprano, seguimiento médico y hábitos saludables, es posible mantener la independencia y disfrutar de las actividades cotidianas sin dolor.
Recuerda que el tratamiento es individual y debe adaptarse a tus necesidades y estilo de vida.
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