El herpes zóster, una afección cutánea caracterizada por una erupción dolorosa y vesicular, es causado por la reactivación del virus varicela-zóster, el mismo virus responsable de la varicela. Una vez que una persona ha tenido varicela, el virus permanece latente en el organismo. Bajo ciertas condiciones, como el envejecimiento o un sistema inmunitario debilitado, el virus puede reactivarse y causar herpes zóster.
Síntomas
Los síntomas del herpes zóster suelen aparecer en un lado del cuerpo y pueden incluir:
- Erupción cutánea: Una erupción dolorosa con ampollas llenas de líquido que suelen seguir un patrón de línea o banda.
- Dolor: Un dolor intenso, similar a una quemadura, que puede preceder a la erupción y persistir después de que esta haya desaparecido.
- Picazón: Sensación de picazón en el área afectada.
- Sensibilidad: Aumento de la sensibilidad al tacto en la zona de la erupción.
- Fiebre: En algunos casos, puede presentarse fiebre, escalofríos y malestar general.
Diagnóstico
El diagnóstico del herpes zóster generalmente se basa en un examen físico y en el aspecto característico de la erupción. En algunos casos, puede ser necesario realizar pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico y descartar otras afecciones.
Tratamiento
El objetivo principal del tratamiento del herpes zóster es reducir la duración y gravedad de los síntomas, así como prevenir complicaciones. Las opciones terapéuticas incluyen:
- Medicamentos antivirales: Los medicamentos antivirales, como el aciclovir, valaciclovir y famciclovir, son el pilar del tratamiento del herpes zóster. Estos fármacos pueden reducir la duración y gravedad de la erupción y el dolor, y disminuir el riesgo de desarrollar neuralgia postherpética.
- Manejo del dolor: El dolor es uno de los síntomas más molestos del herpes zóster. Para controlarlo, se pueden utilizar medicamentos como analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), anticonvulsivantes y antidepresivos tricíclicos.
- Cremas tópicas: Las cremas tópicas con capsaicina pueden ayudar a aliviar el dolor y la picazón.
- Compresas frías: Las compresas frías pueden reducir la inflamación y aliviar el dolor.
Complicaciones
Una de las complicaciones más comunes del herpes zóster es la neuralgia postherpética, un dolor crónico que puede persistir durante meses o incluso años después de que la erupción haya desaparecido. Otras posibles complicaciones incluyen infecciones bacterianas secundarias, inflamación ocular y, en casos raros, encefalitis.
Prevención
La mejor manera de prevenir el herpes zóster es vacunarse. La vacuna contra el herpes zóster está recomendada para adultos mayores de 50 años y para personas con sistemas inmunitarios debilitados.
En el Servicio de Vacunación de Clínica CIC le brindamos asesoría sobre los esquemas de vacunación para todas las edades y condiciones tanto para niños, jóvenes, adultos jóvenes y mayores, viajeros y acorde con la ocupación que ejerza. También contamos con servicio a domicilio y realizamos jornadas extramurales en empresas y centros educativos.
Conclusiones
El herpes zóster es una afección dolorosa pero tratable. Con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, se puede reducir significativamente el impacto de esta enfermedad en la calidad de vida del paciente. Si experimentas síntomas de herpes zóster, es importante consultar a un médico de inmediato.
Referencias
- https://www.health.ny.gov/es/diseases/communicable/shingles/fact_sheet.htm#:~:text=%C2%BFQu%C3%A9%20es%20el%20herpes%3F,mismo%20que%20provoca%20la%20varicela.
- https://unifranz.edu.bo/blog/herpes-zoster-una-enfermedad-viral-dolorosa-pero-controlable/#:~:text=La%20reactivaci%C3%B3n%20del%20virus%20varicela%2Dz%C3%B3ster%20se%20asocia%20con%20varios,y%20el%20estr%C3%A9s%2C%20se%C3%B1ala%20la
- https://mayoclinic.org/es/diseases-conditions/shingles/diagnosis-treatment/drc-20353060