¡No olvides vacunarte contra la fiebre amarilla!

La fiebre amarilla, una enfermedad viral transmitida por mosquitos infectados, sigue siendo una preocupación de salud pública en muchas regiones del mundo. Aunque la fiebre amarilla puede prevenirse con una vacuna segura y efectiva, la falta de conciencia y acceso a la vacunación sigue siendo un desafío en algunas comunidades. Es crucial recordar la importancia de vacunarse contra esta enfermedad para proteger la salud individual y comunitaria.

La fiebre amarilla es causada por un virus que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados, especialmente en áreas tropicales y subtropicales de África y América del Sur. Se caracteriza por fiebre, dolor de cabeza y muscular, náuseas, vómitos, fatiga y coloración amarilla en ojos y piel. La letalidad en casos no tratados puede alcanzar hasta el 50%.

Población de riesgo

Algunos ejemplos de poblaciones de riesgo incluyen:

  1. Viajeros a áreas endémicas: Las personas que viajan a regiones donde la fiebre amarilla es común, especialmente en África y América del Sur, corren un mayor riesgo de exposición al virus si no están vacunadas.
  2. Residentes de áreas endémicas: Aquellas personas que viven en áreas donde la fiebre amarilla es endémica están constantemente expuestas al riesgo de contraer la enfermedad si no están vacunadas.
  3. Trabajadores al aire libre: Aquellos que trabajan al aire libre, como agricultores, mineros, y trabajadores de la construcción, tienen un mayor riesgo de ser picados por mosquitos infectados.
  4. Niños pequeños y ancianos: Las personas de extremos de edad, como los niños pequeños y los ancianos, pueden tener un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves si contraen la fiebre amarilla.
  5. Personas con sistemas inmunológicos comprometidos: Aquellos que tienen sistemas inmunológicos debilitados debido a enfermedades crónicas, tratamientos médicos o medicamentos inmunosupresores pueden ser más susceptibles a contraer la enfermedad y experimentar complicaciones graves.
  6. Viajeros que no han sido vacunados: Las personas que viajan a áreas endémicas y no han sido vacunadas contra la fiebre amarilla corren un riesgo significativo de contraer la enfermedad y propagarla a otras áreas.

Síntomas

La fiebre amarilla tiene un periodo de incubación de tres a seis días, con algunos pacientes asintomáticos. Los síntomas comunes incluyen fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, pérdida de apetito, náuseas o vómitos, que suelen desaparecer en tres a cuatro días. Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes experimenta una segunda fase más tóxica, caracterizada por fiebre elevada, afectación de órganos como hígado y riñones, ictericia, color oscuro de la orina, dolor abdominal y posibles sangrados. En esta fase, la mitad de los pacientes fallece en un plazo de siete a diez días.

  1. Fase de incubación: no síntomas. Duración de 3 a 6 días.
  2. Fase febril: Fiebre alta, cefalea, mialgias, náuseas y vómitos. Duración: 3 a 4 días.
  3. Fase de intoxicación: Reaparición de la fiebre, ictericia, hemorragias y disfunción renal. En casos graves, puede derivar en fallo multiorgánico y muerte.
  4. Fase de remisión: Disminución de la sintomatología por 1 a 2 días.

¿Por qué es recomendable vacunarse contra esta enfermedad?

Protección inmediata: La vacuna contra la fiebre amarilla genera inmunidad a partir de los 10 días de su aplicación. La vacunación temprana permite protegerse de manera oportuna en caso de viajes a zonas de riesgo.

Prevención de brotes: La vacunación temprana de la población en riesgo reduce la circulación del virus y contribuye a prevenir brotes epidémicos.

Mayor seguridad en situaciones especiales: La vacunación temprana es especialmente importante para personas con mayor riesgo de complicaciones, como mujeres embarazadas que viajan a zonas endémicas o personas con inmunodeficiencias leves.

Reducción de efectos secundarios: Aunque la mayoría de los efectos secundarios de la vacuna son leves, algunos casos pueden presentar reacciones alérgicas o fiebre alta. La vacunación diferida permite evaluar la respuesta individual a la vacuna y minimizar el riesgo de reacciones adversas.

Optimización de la inmunidad: La respuesta inmune a la vacuna puede disminuir con el tiempo. La vacunación diferida hasta la edad adulta podría garantizar una protección más duradera.

Disminución del desperdicio de vacunas: La vacunación diferida permite ajustar la demanda de vacunas a las necesidades reales, evitando el desperdicio de dosis en caso de cambios en los planes de viaje o contraindicaciones médicas.

¿Dónde vacunarme?

En Colombia, existen diversos centros de vacunación autorizados para aplicar la vacuna contra la fiebre amarilla. Entre ellos, se destaca la Clínica CIC, una institución con amplia experiencia en la prestación de servicios de salud de alta calidad.

¿Por qué elegir la Clínica CIC para vacunarse contra la fiebre amarilla?

Profesionalismo: La Clínica CIC cuenta con un equipo médico altamente calificado y con amplia experiencia en la vacunación contra la fiebre amarilla.

Seguridad: La clínica cumple con los más altos estándares de calidad y seguridad en la administración de vacunas.

Disponibilidad: La Clínica CIC cuenta con una amplia red de centros de vacunación en todo el país, lo que facilita el acceso a la vacuna.

Atención personalizada: La clínica ofrece un servicio de atención personalizada, brindando información completa y actualizada sobre la enfermedad y la vacuna.

En el Servicio de Vacunación de Clínica CIC le brindamos asesoría sobre los esquemas de vacunación para todas las edades y condiciones tanto para niños, jóvenes, adultos jóvenes y mayores, viajeros y acorde con la ocupación que ejerza. También contamos con servicio a domicilio y realizamos jornadas extramurales en empresas y centros educativos.

Referencias

El momento para prevenir es ahora.

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